jueves, 20 de diciembre de 2012

DOMINGO NIETO MARQUEZ (1843-1844)

Nació en el puerto de Ilo, Moquegua el 15 de agosto de 1803. Sus padres fueron Domingo Nieto Hurtado de Mendoza y Maria del Carmen Márquez. Hizo sus estudios en Moquegua. Se incorporó al Ejército Libertador, que llego a Moquegua al mando del comandante Guillermo Miller (1821). Al lado del general José de La Mar estuvo en las Batallas de Junín (6 de agosto) y Ayacucho (9 de diciembre de 1824). Participó en la guerra contra Colombia (1828-1829), al frente del primer Regimiento de Húsares de Junín. Promovido a la clase de coronel en 1829, estuvo a cargo de una brigada de caballería junto al presidente Gamarra hacia la frontera con Bolivia (1831). Fue ascendido a general de brigada en 1833. Al conocerse en Arequipa el pronunciamiento del general Pedro Bermúdez, asumió la comandancia militar del departamento (1834) y organizó la defensa de la autoridad legal. Sostuvo adversas acciones armadas en Miraflores y Cangallo contra las fuerzas sediciosas, y después del abrazo de Maquinguayo (1834), ejerció la jefatura política y militar de los departamentos del Sur. Promovido entonces a general de división en 1834 pasó a Lima, donde asumió el cargo de Inspector General del Ejército, y en tal virtud dirigió las operaciones contra un motín efectuado en las fortalezas del Callao. Pero allí se inició luego el pronunciamiento del general Felipe Santiago Salaverry (1835), quien dispuso la prisión de Nieto. Desterrado por su orden a California, logró desembarcar en Huanchaco y organizar la defensa de la autoridad legal. Decidida la opinión a favor del caudillo rebelde, obtuvo autorización para trasladarse a Chile; y cuando llegó a su conocimiento la intervención boliviana, se presentó en Arequipa ante el presidente Orbegoso para moverlo a rechazar los actos de gobierno autorizados por Santa Cruz y la división del país. Al ser esto imposible y conocido el recelo con que lo miraba el caudillo boliviano, aceptó el cargo de ministro plenipotenciario en Ecuador; pero no alcanzó a desempeñarlo, y quedo como prefecto del departamento de La Libertad. Sin comprometerse con el régimen de la Confederación Perú-Boliviana, trató de servir a los pueblos y organizó fuerzas con cuyo respaldo proclamó la libertad del Estado Nor-Peruano (1838). Al triunfar en la Batalla de Agua Santa, Pisco (1842), fue proclamado mariscal. Formó en Tacna, con la colaboración del general Ramón Castilla, una Junta de Gobierno (1843). Convertida después en Suprema Junta de Gobierno Provisorio, presidida por Nieto. Ejercía este cargo en el Cusco, cuando fallece el 27 de febrero de 1844, se le reconoce porque siempre respaldó a la autoridad legítima, aun con sacrificio personal.

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